En
una esquina del semáforo rojo, alguien traga fuego, alguien lava parabrisas,
alguien vende banderitas o muñecas que hacen pipí. Alguien lee el horóscopo
dando gracias a los astros porque se ocupan de él. Alguien habla con el
teléfono después de colgar el tubo. Alguien conversa con el televisor. Alguien
riega flores de plástico. Alguien sube al ómnibus en la madrugada y el ómnibus
sigue estando vacío.
Hoy
voy a contarles a mi modo y manera algunas historias de "Los Nadies",
que son muchos.
Sueñan
las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres...Que
algún mágico día llueva la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte,
pero ni en lloviznita cae la buena suerte, ni hoy, ni mañana, ni nunca. Por
mucho que a los nadies les pique la mano izquierda o se levanten con el pié
derecho o empiecen el año cambiando la escoba...Los nadies, los dueños de nada,
los hijos de nadie, los ningunos, los ninguneados que no son aunque sean, que
no hablan idiomas sino dialectos, que no profesan religiones sino
supersticiones, que no hacen arte sino artesanía, que no tienen cultura sino a
lo sumo folclore, que no son seres humanos sino recursos humanos, que no tienen
nombre sino número, que no figuran en la historia universal sino en la crónica roja
de la prensa local... Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.
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