La creación poética es un misterio indescifrable,
como el misterio del nacimiento del hombre. Se oyen voces no se sabe de
dónde, y es inútil preocuparse de dónde vienen. Como no me he preocupado
de nacer, no me preocupo de morir. Escucho a la naturaleza y al hombre
con asombro, y copio lo que me enseñan sin pedantería y sin dar a las
cosas un sentido que no sé si lo tenga. Ni el poeta ni nadie tiene la
clave y el secreto del mundo. Quiero ser bueno. Sé que la poesía eleva,
y, siendo bueno, con el asno y con el filósofo creo firmemente que si
hay un más allá tendré la agradable sorpresa de encontrarme con él. Pero
el dolor del hombre y la injusticia constante que mana del mundo, y mi
propio cuerpo y mi propio pensamiento me evitan trasladar mi casa a las
estrellas.
Federico García Lorca.
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