Y cuando la muerte pusiese un término a mi existencia,me colocasen,para dormir el sueño de oro de la inmortalidad,a la orilla del Betis,al que yo habría cantado en odas magníficas y en aquel mismo punto adonde iba tantas veces a oir el suave murmullo de sus ondas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario